Esta si es la calavera
de los buenos artesanos,
que le da la enhorabuena
a todos los hermanos.

Esta si es la calaverita
que nos viene a saludar,
porque por algo se llama
calavera popular.

A continuación compartimos las mejores Calaveras que formaron parte de esta iniciativa con Plataforma Colectiva, para preservar el gusto por crear y compartir la Calavera Literaria, parte de la tradición cultural mexicana.

Sin ningún orden particular y tal como fueron enviadas, estas son las merecedoras a los libros que obsequiaremos como premios.

Calavera a Fidel Kuri y al Veracruz

de Julio Hugo Sánchez Leyva (Monterrey, N.L.)

Era una noche cálida
en el puerto jarocho,
cuando el reloj marcaba
que ya casi eran las ocho.

La huesuda iba de prisa
con un maletín en mano,
pues iba a visitar ahí
a un verdadero villano.

Se trataba de don Fidel Kuri,
un empresario muy famoso,
que a los Tiburones Rojos
los tenía en estado riesgoso.

La parca tenía un plan
que le ayudaría a negociar,
pues el político tenía con ella
una fuerte suma por pagar.

La calaca muy astuta,
le dijo que lo perdonaría,
solo si el Veracruz al fin
la mala racha rompía.

Kuri le respondió enseguida
que eso sonaba complicado,
pero que en el siguiente juego
todo quedaría saldado.

La flaca no creyó nada
de lo que le dijo el viejón,
y aprovechó un descuido
para llevárselo al panteón.

Ahora el puerto celebra
con festival y con sones,
que viene una nueva era
para sus amados Tiburones.

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Sin título

de Norma Espinosa Zurita (Cancún, Q. Roo)

La Calaca mala y harta

Su ira voraz desata

Ante mi cuerpo debilitado

Que no permanece callado.

No seas tan impaciente

Tengo muchos pendientes

Cantar, escribir poesía

Y ayudar a la gente.

Exigir que el desabasto

De quimioterapia acabe

Y las grandes farmacéuticas no engañen

Ante brutal consecuencia.

Solo exijo mi derecho

Antes que llegues a mi lecho

Catrina desvergonzada

Con la guadaña desenvainada.

Solo mira a tu alrededor

Cuanto dolor y muerte desata

Las mentiras nefastas

De hospitales sin honor.

No te tengo miedo

El cáncer me quitó ese complejo

Me he vuelto una hija de la chingada

Así que te esperas o te reto a una cantada.

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