Materia Escrita nace como parte de un proyecto editorial que deriva en una red de revistas literarias independientes que se distribuyen a nivel nacional. Para el primer tiraje, la red se conforma por: Materia Escrita (Chetumal), Huraño (Colima), MonoDemonio (Neza) y Pez Ciego (San Luis); para el segundo, se agregan tres más: Larvaria (CDMX), Catálisis (Satélite) y Oajaca (Oaxaca); para el cuarto, se agrega una más: Escrófula (Guanajuato).
Cada revista representa a un estado diferente, dando la cara por él frente a la industria editorial secuestrada por el sistema político imperante hasta el 30 de noviembre de este año, que por décadas ha dictado qué es lo que se publica y a quiénes, sirviéndose de ello para la formación de una ideología que le permita mantenerse vigente. La red de revistas es la oposición literaria que, que pese a todo se ha propuesto contribuir a la libre difusión de la literatura, así como a combatir y desmitificar la idea de que los mexicanos no leen, bajo el supuesto de que, mejor dicho, no les gusta lo que los quieren hacer leer. Además de eso, se busca dar espacio a las voces que quieren ser escuchadas y que no han encontrado un espacio propicio para expresarse; las convocatorias se extienden a todo escritor que desee colaborar, pertenezca al territorio mexicano o no, siempre que tenga una propuesta fresca y particular que contribuya a la diversidad de los contenidos.
De manera particular, Materia Escrita surge en Chetumal, la ciudad capital de un estado infectado de burocracia en todos los ámbitos, donde si lo que haces no está respaldado por el gobierno en turno, no funciona, no crece, prácticamente muere antes de nacer; un lugar donde la gente no está acostumbrada a consumir otras opciones fuera de las ya conocidas, porque le apuesta más al prestigio que a la calidad. En todos los eventos culturales que se realizan en la ciudad suenan siempre los mismos nombres desde hace décadas, dejando fuera a todo aquel que va emergiendo, por no contar con un reconocimiento a nivel institucional o por no mantener algún vínculo amistoso con quienes se encargan de promover esa rezagada cultura local.
A partir del tercer número, Materia Escrita queda como representante de la Península de Yucatán en tanto se crea una alianza entre Chetumal y Mérida dentro del consejo editorial, doblando así la tarea de acercar la red de revistas a ambos estados, no sólo mediante la distribución sino mediante la organización de presentaciones, por parte de sus integrantes, para dar a conocer el proyecto entre la población de ambas ciudades y sus alrededores. A Materia Escrita le toca hacer frente a la tradición literaria de una ciudad colonial con una tradición literaria bien delimitada, así como a la tradición literaria de una ciudad joven que se aferra a los escasos representantes que tiene.
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