Miguel Ángel Canté Chan, nació el 10 de febrero de 1995 en la ciudad de Felipe Carrillo Puerto y creció en la comunidad maya de Señor. Actualmente estudia en la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo, en José María Morelos, la licenciatura en Gestión y Desarrollo de las Artes. Fue seleccionado para una estancia de un semestre (Septiembre-Diciembre 2016) en la Universidad de Lethbridge, en la provincia de Alberta en Canadá, en donde tomó cursos de Artes Dramáticas y un curso de Lengua Francesa. Ha participado en talleres de creación literaria impartidos por el profesor Wildernaín Villegas Carrillo (Premio Nezahualcóyotl en Lenguas Indígenas, 2008). Acreedor al primer lugar en el concurso de poesía organizado por la biblioteca pública constituyentes del 74 en José María Morelos (3 de abril de 2017). Becario del FONCA en el programa de Jóvenes Creadores en su edición 2017 en la categoría de Letras en Lenguas Indígenas.
Correo electrónico del autor: miguel.cante@uimqroo.edu.mx
Actualmente radica en José María Morelos, Quintana Roo.
Presta casas
(Ascalapha Odorata, según los dichos de mi pueblo, cuando esta enorme mariposa nocturna visita tu casa, puede ser por dos razones, va a llover o alguien va a visitarte. Su nombre en maya es un compuesto majaan: prestar y naj: casa)
Préstame tu casa esta noche, me dijo al oído
¿Por qué estás tan negra? le pregunté
porque me bañé con el carbón del roble
porque tenía colores, pero el sol me los quitó
¿Para qué quieres mi casa? pregunté otra vez
algo molesta y elegante, respondió
porque ya la nubes están negras
y han cubierto las estrellas y la luna
porque el relámpago ya alumbró el cielo
con su sonido que calienta y quema
porque siento la humedad en mis patitas
ya empezaron a caer las gotas en mi rostro
y mis alas no pueden mojarse
porque si se mojan no podré volar
para nuevamente pintar la noche con mis alas.
Morena
Bonita de piel quemada
de olor a beso y color calma
pinta el sol tu dura espalda
cuando el nixtamal en tu cintura cargas
cuando del monte la leña sacas
cuando en la sarteneja tus hipiles lavas
Bonita de piel quemada
de aliento verde y mirada clara
pinta la cal, tu enagua blanca
cuando del comal la tortilla abrazas
cuando en el fogón la madera tuestas
cuando con tu hipil la ceniza atrapas
Ch’a’ chaak
La madre maíz hace su danza con la tierra,
se hace un hoyo y una semilla cae,
se entierra y duerme, luego crece
nacerán después sus hijos mazorcas,
nos alimentará su pecho, y nos dará de comer su espíritu.
Yuum Cháak, haz que llueva,
la milpa sin tus lágrimas no es nada,
se secará como las rodillas de los ancianos,
abuelos pájaros no devoren mucho la siembra,
coman un poco, aliméntense,
mi alma también necesita alimentar su cuerpo.
Ave, recoge el fruto, guárdalo en tu plumaje,
llévalo detrás del sol, desciende sobre mi casa,
desgrana el elote, llena el xuux* con el maíz,
escapa nuevamente, hacia las nubes,
te espera el cielo para pintarlo con tu canto.
Abuelo ave, agradezco tu ayuda,
escóndete en la tarde, pon el sol debajo de tu cola
y las estrellas en tus párpados,
es hora de que te conviertas en humo,
amarillenta la tarde, no podré salir a verte
me acabo de bañar con agua caliente.*
Es difícil olvidar
Cuando el sol remonta sobre los árboles
y los perros caminan solos y sin rumbo
y suenan las cigarras en el campo y estallan,
cuando el humo enciende el fogón de noche
tratando de calmarme…
Y las flores del naranjo en su infinito
dolor de abejas, se deshojan,
gritan y se precipitan sobre el lodo
húmedo y solemne, y yo,
recostado sobre el zacate de la tarde
mirando la noche salir de su escondite,
me pregunto: ¿Por qué te sigo pensando?
Ritual
La espina de mis manos está sangrando
se derrama gota a gota la sangre de la noche
el néctar de su seno alimenta al pueblo
crecen en los árboles jícaras y velas
el olor del incienso se siente en las paredes
los perros gritan, saltan y se retuercen
hay cuatro cruces que custodian hoy al pueblo
norte
oeste este
sur
los sabios lloran, el humo canta, reza el cielo
esta noche ni un suspiro sale de las casas
pelea esta noche el pueblo, por sacarse los malos vientos.
Colibrí
Te he visto esa mañana
volando bajo, sobre el naranjo
te vi cansada, con sueño
tenías hambre y no había flores
estaban secas nuestras milpas
te pedí disculpas aquella tarde
te ofrecí el café que yo tomaba
volaste elegante, algo agotada
no dejaste que te ayudara
Me enteré ayer que caíste al suelo
¿Dormías sobre las florecitas secas?
No despertabas.
Al día siguiente
en una flor te convertiste.
Hoy, bajo el naranjo que volabas
colibrí, señora, yo te riego
para que no caiga y florezca
ninguna de tus hermanas.
Desnudo
Y te desnudas
Ante la insolente mirada de tu soledad
En tu refugio anegado con penas
En la fría humedad de tu silencio
Y me sientes
Tocando tus ranuras y las esquinas de tus pechos
Buscando el escondite de tu inocencia
Y sosteniendo tus suspiros.
Y te desvaneces
En la caricia escandalosa de la oscuridad
En la rápida acrobacia de tus manos
En el secuestro inesperado de la noche.