Luis Daniel Hernández Garza

Licenciado en Trabajo Social. Trabaja desde hace seis años como profesor. Actualmente es docente y orientador escolar de nivel secundaria y bachillerato en el Instituto Latinoamericano de Turismo (Ilat). Es también músico, profesor de música, ensayista y editor de la revista REVOLUCIÓN. Ha fungido también como coordinador comunitario para la empresa COMUNA S.A de C.V, ha participado como activista social con distintos colectivos de la ciudad y con Amnistía Internacional.  Y ha participado como ponente en congresos universitarios de ciencias sociales y foros urbanos, entre los que destaca el “IV Congreso Internacional de Ciencias Sociales”, celebrado en el 2014 en la Universidad del Caribe.

 

 

Las empresas privadas de la comunicación de masas y la ideología capitalista

 

 Las empresas privadas de la comunicación de masas son aquellas que producen y difunden contenidos en medios de comunicación como el periódico, la televisión, la radio, el cine, el internet, y cuyo objetivo principal es ganar dinero. Son sus propietarios y directivos los que deciden al final de cuentas que tipo de información producir y transmitir. En este sentido, procuran no transmitir información que pueda afectar tanto a sus intereses económicos inmediatos como al sistema social dominante donde pueden verlos realizados, sino todo lo contrario.

Tal sistema social es el capitalismo, donde a través de la propiedad privada de los medios de producción y la explotación del trabajo no pagado de la clase obrera (el proletariado), la clase capitalista (la burguesía) acumula su riqueza. Los propietarios de las empresas a las que nos referimos son miembros de la clase capitalista.  Son parte de la clase dominante de la sociedad moderna y tienen a su disposición los medios para proteger sus intereses. Para poder conservar y reproducir este sistema es necesario que se garantice una mínima escala de producción económica, pero también es necesario que existan ciertas condiciones políticas, jurídicas e ideológicas. Por ello, requiere de gobernantes y leyes que administren, conserven y dejen existir el modo de vida del burgués; requiere de un sistema policiaco y militar capaz de contener y reprimir cualquier intento de subversión popular; y requiere de una ideología que exponga hipócritamente al resto de los mortales el modo de vida burgués como la aspiración suprema de la humanidad, que justifique como “normal” al capitalismo y que logre que las masas explotadas se conformen con su situación social. Los contenidos producidos y difundidos por las empresas de la comunicación de masas llevan consigo esta ideología.

¿Cuáles son los elementos básicos de la ideología capitalista o burguesa? En sí, son las ideas que expresan los intereses de clase y la concepción del mundo de la burguesía. A continuación, se enunciará una lista de algunas de ellas, dejando para otro momento su refutación:

  1. La propiedad privada de los medios de producción es un derecho natural y no el resultado de un determinado desarrollo social.
  2. El sistema capitalista, el Estado y el derecho, son la expresión del desarrollo total de la sociedad moderna que, con la ayuda de la ciencia y la tecnología, tiende a la paz, el orden y el progreso.
  3. El capital del empresario es el resultado de su astucia para los negocios y de su abstinencia a gastarse sus ahorros, y no guarda relación alguna con el empleo del trabajo asalariado.
  4. El ser humano es un individuo y está exclusivamente motivado por el egoísmo y el interés personal. Como esta es su “naturaleza”, todo lo que la reprima es considerado como una violación a la libertad. Ya que el sistema capitalista promueve la consecución de los intereses individuales (en especial los relacionados al libre mercado), es el único adecuado a la libertad del ser humano.
  5. La sociedad se rige por la selección natural, por lo tanto, las clases ricas y las clases pobres, existen como tal por la influencia de factores biológicos y ambientales.
  6. Los individuos de las clases pobres pueden ascender en su posición social debido a la suma de ciertos factores como la libertad individual en el sistema capitalista, el esfuerzo personal, la fortuna o su disposición genética singular a ser “líderes” o “empresarios exitosos”.
  7. La competencia en el libre mercado provoca que no se generen monopolios y que de esta manera todos puedan competir a la par. En este sentido, es la expresión digna del derecho a ser libre.
  8. El mercado se autorregula solamente a través de mecanismos de oferta y demanda.
  9. Todo lo que genere ganancia monetaria es bueno y todo lo que obstaculice generarla o tenerla es malo.
  10. En el sistema capitalista los obreros no son esclavos, son libres. Si su patrón los trata mal, pueden irse a trabajar a otro lado sin problema.
  11. Para que el país progrese debemos trabajar más sin perder el tiempo en quejarnos.
  12. Otros sistemas económicos opuestos al capitalismo como el socialismo y el comunismo son autoritarios, represivos e ineficaces en sí, porque no respetan la “naturaleza” humana y la libertad individual.

La ideología burguesa en general tiene como fuente el modo de vida de la burguesía en su conjunto. Una vez que surge no sólo sirve como la justificación de su existencia, sino como la brújula de su ser. No obstante, no se manifiesta de forma pura y sin contradicciones, pues en ella pueden encontrarse vestigios de las ideas dominantes del pasado. Además, la clase burguesa es compleja, dentro de ella se encuentran múltiples fracciones de clase, cuyos intereses y concepciones del mundo varían levemente según su posición social, pueden llegar a oponerse entre sí o mezclarse incoherentemente. Pero al final coinciden en lo fundamental: la defensa de la propiedad privada burguesa, la obtención de ganancia y la acumulación de capital.

Por otro lado, la intensidad de la propagación de la ideología puede sufrir distintos cambios según la situación concreta de la lucha entre el proletariado y la burguesía.  Así, cuando son tiempos de crisis y la clase obrera se organiza para conquistar sus derechos, amenazando el status burgués, es común observar de parte de la clase dominante, una ofensiva intensificada a través de los aparatos del Estado (la policía y el ejército) y los aparatos ideológicos[i] (entre ellos los medios de comunicación de las empresas privadas  y del Estado). La ofensiva ideológica consta de una propagación exaltada y repetida de los intereses e ideas de la clase dominante como interés y sentido común, y en la satanización de la lucha obrera.  En otras ocasiones la burguesía defiende su status a través de la concesión política y la expropiación del discurso de la oposición, pero tarde o temprano vuelve a mostrar su verdadera cara.

Fue en el siglo XIX, en los países occidentales (principalmente en Europa y Estados Unidos), cuando los centros de trabajo, la familia, la iglesia, la escuela y la prensa escrita fueron los medios por los cuales la ideología capitalista logró su mayor dispersión.  A partir del siglo XX, los medios que contribuyeron a esta tarea fueron la radio, la televisión y el cine, teniendo el periodo de la Guerra Fría como el de mayor impacto cultural. La contienda del bloque capitalista contra el bloque socialista fue el espacio en el cual la propaganda anticomunista y pro capitalista llenaba los televisores de las familias estadounidenses. En países sudamericanos este fenómeno se replicó.

A finales de este siglo, la televisión y el cine fueron abriéndose el camino sobre la radio y los medios impresos, el internet apenas veía la luz. Las formas audiovisuales fueron desplazando a la imagen sin audio, al audio sin imagen y a la palabra escrita. Y como consecuencia apareció el hommo videns (el “hombre que ve”)[ii]. Por medio de los programas de revista, de deportes, las series, las películas, los comerciales, los documentales históricos, los noticieros y programas de opinión se ha ido educando ideológicamente al espectador sin que este lo sepa[iii].  Se le ha enseñado a aceptar que el capitalismo es “el mejor y el único” sistema económico, bombardeándolo con información que asocia a aquel con la “libertad” y la “democracia”, haciendo comparaciones en las que los países no-capitalistas resultan ser “incivilizados”, “tercer mundistas” o “malvadas dictaduras”.

Sin embargo, cada tipo de contenido tiene una participación diferente en el proceso. Los programas de revista, de deporte, las series, las películas y los comerciales, funcionan muchas veces como distractores de lo político y promotores del consumismo y lo banal; logran que la mayor parte de la atención del público se enfoque en la vida de los artistas y deportistas de moda, en la deformación del folclore, en la ficción, que sientan como propias las experiencias de personajes tan lejanos a él. Los comerciales invitan a comprar productos que, embelesados con las artimañas del marketing, “garantizan” con su consumo la adquisición de la felicidad, la salud, la belleza, el amor… la vida plena. En cambio, los asuntos referentes a la participación directa en la vida política del país, pasan a segundo plano en el interés del gran público.

Es cierto (al menos en México) que también a través de los medios de comunicación se transmiten campañas que exhortan a la población a participar en los procesos electorales, y aunque en algunas ocasiones dejan entrever en su discurso elementos de una democracia integral, en esencia no dejan de  promover un sistema político en el cual la democracia se reduce a votar cada seis años por candidatos y  partidos burgueses, un sistema en el que al fin de cuentas los obreros delegan su poder al explotador.

Los documentales históricos, noticieros y programas de opinión son los de mayor contenido político. En ellos se vierten opiniones de conductores, reporteros o de “especialistas” sobre determinados temas, que, por lo general, son recibidas y aceptadas por el espectador sin crítica, pues quien las emite es declarada una autoridad en el tema o porque posee el halo místico de la imparcialidad. Sin embargo, también suelen ser medio de propaganda ideológica: recuérdese los documentales tendenciosos de “History Channel” sobre la URSS y las revoluciones socialistas del siglo XX, la reciente ola de ataques en contra del gobierno de Venezuela, o las cotidianas apologías de los economistas burgueses acerca de los empresarios, la Bolsa y las privatizaciones de empresas que pertenecían al Estado.

El espectador promedio no cuenta con el tiempo ni la preparación especializada para observar e interpretar el acontecer político y la dinámica macroeconómica, el conductor del noticiero y el especialista aparecen entonces como los traductores de la realidad social y consejeros morales. ¿Y qué es lo que traducen? El comportamiento del mercado, los conflictos del senado, la alta cultura, etc… ¿Cómo lo traducen? A través de la forma “correcta”, con su ideología de clase… ¿Qué es lo que aconsejan?  Que debemos guiarnos por el “sentido común”, que es el que nos dice que debemos respetar la propiedad privada burguesa y que no debemos caer en las “garras” de la izquierda y el “populismo”.

Dicho sentido común no es sino el conjunto de las ideas de la clase burguesa y sus intelectuales que penetra en la conciencia de las masas y que se mezcla con las nociones y experiencias de estas. Las empresas privadas de la comunicación juegan entonces, un papel de educador ideológico “invisible” que contribuye al establecimiento de la hegemonía cultural burguesa[iv].

Se podrá argumentar que, con la del uso de internet, los gadgets y las redes sociales, se les ha arrebatado a las empresas de la comunicación, como la televisión, la exclusividad de producir contenidos, y que, por lo tanto, su papel de educadores ideológicos ya no es tan influyente. Aunque esto es parcialmente cierto, no hay que olvidar que la ideología burguesa no es producida en las empresas de comunicación como tal, sino que es estilizada y difundida por ellas. La ideología burguesa se conforma a partir del modo de vida práctica de la burguesía en su conjunto. Por lo tanto, solo se le ha transferido a los usuarios de internet parte de la capacidad de producción de contenidos, pero al estar inmersos en la sociedad capitalista son vulnerables de repetir la ideología burguesa y el “sentido común” que le es propio, sólo que ahora a través de medios “independientes y propios”[v], y en ocasiones mezclada con elementos críticos de diversos grados. Por lo regular, la mayoría de los contenidos producidos para internet, por ejemplo, los de los youtubers, están basados en los modelos de entretenimiento diseñados y utilizados en años atrás por las grandes empresas de la comunicación. En otros casos, las redes sociales son el espacio para la difusión de producciones triviales y reduccionistas de la realidad (memes, vines, virales, etc.) que, según la experiencia colectiva actual, suelen ser sumamente distractores incluso para las actividades más cotidianas. Cabe mencionar también que, existen también contenidos de internet educativos y críticos que promueven la ruptura y la superación de la hegemonía existente, empero, son minoritarios.

Actualmente, aun con la innegable expansión de usuarios de gadgets e internet, la televisión (al menos en nuestro país), por ejemplo, sigue teniendo un papel importante en la industria de la comunicación y por lo tanto como agente hegemónico. Esto lo corrobora una nota publicada en el 2016 por el periódico digital “El Economista”, basada en las declaraciones del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT):

“el 80.9% [de la población mexicana] ve los canales de televisión abierta como medio de entretenimiento”. En la misma nota, se publicó lo siguiente: “El canal consentido de la audiencia mexicana es el Canal de las Estrellas de Televisa con un 64% de la audiencia. El 47% dijo que su canal preferido es Azteca Trece de TV Azteca. Estos dos canales compiten directamente”. [vi]

Y más adelante se comenta que:

“Los programas predilectos de los mexicanos en la TV abierta son los noticiaros con un 56%, las telenovelas con 47%, las películas con 42%, las series con 29% y los deportes con 28%, según los datos del IFT”.

Este control de la clase capitalista sobre la producción y difusión de contenidos, no es sino la expresión de lo que Marx y Engels explicaban en 1846:

“Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes de la época […]la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material, dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios para producir espiritualmente.”[vii]

Este sometimiento a través de las ideas no hace más que conservar el sometimiento económico y político que ejerce la burguesía sobre el proletariado y otras clases populares. Estos últimos, si en verdad quieren conquistar su libertad y construir un mundo más justo, deben de revolucionar todo el régimen social existente, deben de acabar con el sistema capitalista y la ideología burguesa.

 

 

NOTAS

[i] Louis Althusser, Ideología y aparatos ideológicos de Estado, Grupo Editorial Tomo, México,D.F, 2008.

[ii] Giovanni Sartori, Hommo Videns: la sociedad teledirigida, Punto de Lectura, 2006.

[iii] La música también es portadora de ideología, en la sociedad capitalista es vendida como mercancía y sus contenidos principales han estado relacionados con el romance, el sexo y la existencia humana. En general, ha dominado en ella una concepción patriarcal y fetichista de las relaciones sociales: las personas en general, pero principalmente las mujeres son concebidos como simples objetos que satisfacen espirituales y sexuales.

[iv] Antonio Gramsci, La política y el Estado moderno, Diario Público, 2009.

[v] En realidad las redes sociales como Youtube, Facebook, Twitter, etc., son plataformas de propiedad privada de personajes como Larry Page y  Mark Zuckerberg, que se mantienen por la venta de espacios publicitarios y de información de los usuarios a gobiernos y multinacionales. Además también cumplen con roles políticos: recientemente se hizo pública la noticia de que Google limitaría la visualización de artículos de los medios rusos Russia Times (RT) y Sputnik en su buscador para evitar llegar a un público amplio. Recuerdese que medios como RT han divulgado noticias sobre gobiernos sudamericanos y de Medio Oriente, donde estos no son mostrados como las “malvadas dictaduras” aludidas por el gobierno estadounidense, sino como proyectos democráticos víctimas de la injerencia de EU. Para más información, consultese el artículo “Google diseñará algoritmos especiales para ocultar las noticias de RT”https://actualidad.rt.com/actualidad/255653-google-eliminar-articulos-rt-dificil-encontrar, 2017.

[vi] Ruy Alonso Rebolledo, 9 datos sobrel consumo de TV en México, El Economista, https://www.eleconomista.com.mx/empresas/9-datos-sobre-el-consumo-de-TV-en-Mexico-20160811-0092.html, 2016.

[vii] Karl Marx y Federico Engels, La ideología Alemana, Ediciones de Cultura Popular, México, 1976.

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