Misael Hernández Jiménez

Misael Hernández Jiménez, nació en Chetumal, Quintana Roo 1989. Originario de Bacalar, su incursión con las letras fue en el 2007 con algunos poemas libres, en 2013 toma su primer taller «Una resortera para las palabras» con el poeta Ramón Iván  Suárez Caamal, posteriormente participó en el encuentro de poetas «Agua fugitiva» compartiendo algunos de sus poemas, en junio de 2013 participó en la «Varieté» con poemas sobre la naturaleza, más tarde en 2015 fue parte de la Fip palabra en el mundo, forma parte de la Hojarasca y Literatos, éste año a dando un paso a la radio convirtiéndose en locutor para «poder joven 2017» actualmente radica en Playa del Carmen.

 

Noches de alfombra

 

Estábamos aquella noche recostados en la cama

sus manos estaban tibias y las mías algo frías por

el nerviosismo que me ocasionaba tenerla ahí.

No podía verla a los ojos,

algo me decía que si la veía me iba a quemar por dentro

y algo malo iba a ocurrir.

¿Cómo tocar una de sus piernas tan

bien formadas o querer acariciar su abdomen?

Ese pequeño orificio que es su ombligo, o más

tocar uno de sus pechos que fijamente me

veían, pero eso eran puras tonterías, ella me

contaba de su vida, de esos amores del pasado

de las veces que la habían engañado y de lo muy

enojada que estaba con los hombres por ese daño

que tantas veces le ocasionaron, me quedé

fijamente observando el movimiento de sus manos,

sentí que ahí se escondía toda la verdad de su vida y

quizás estaba en busca de un amor sincero y verdadero,

pero también se me hizo una tontería, como aquella

mujer que había besado más de diez labios y con los

míos once, iba a querer buscar algo sincero, pero tal vez

me estaba confundiendo y esa dama si quería y anhelaba

eso, en fin, todo eso me hacía pensar que aquella mujer a

mi lado no era más que la pura hermosura en su forma

más humilde y controversial que existía.

 

Dulce anochecer

 

Te he vuelto a ver de nuevo, tu cabello sigue

siendo el mismo, quizás un poco más largo,

quizás más oscuro, los hombres siguen

intentando escalarlo y yo te miro de lejos.

 

Tu mirada tan serena y penetrante, sueles reír

con el rostro mirando hacia abajo, sin darte

cuenta lo dulce que te vez haciendo eso, tus

ojos son perdición perfecta.

 

Y toda tú llena de magia, tan única, llena de

colores, sueles pintar en cada corazón

atardeceres que se parecen a ti, eres y serás

la mujer hecha realidad de cada amante en su

caminar.

 

 

Tus labios

 

Tus labios sostienen la fuerza de mi ser,

la serenidad en los días de otoño,

los inviernos en los que muero de ti,

y las historias de amor que salen de mi boca.

 

Tus labios besan la locura de amarte,

los días grises dónde te verso a verso

las locuras que caen de mis pensamientos,

y la vida misma disfrazada de paraíso eterno.

 

Tus labios me besan la vida

me abrazan el alma

me hacen eterno

todo tuyo.

infinito.

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