Martha Estela Juárez Armendáriz. Originaria de la Ciudad de México, ha publicado en diarios nacionales y locales de los estados de Baja California y Quintana Roo; medios electrónicos, radio y televisión. En el periodismo, ha destacado por sus trabajos de investigación sobre temas de sociales. Poetisa autodidacta, participó en talleres literarios con Gloria Gervitz, a principios de los 90 en la ciudad de Campeche, y en el Encuentro de Mujeres Poetas, en Oaxaca. Su trabajo literario ha sido publicado en revistas culturales de Baja California y Quintana Roo, aunque la mayor parte de su trabajo es inédito. En Ensenada, Baja California, fue publicada una plaquet, titulada “Estanque de Bosquejos”, con 22 poemas, proyecto auspiciado por una empresa editorial independiente. Actualmente, continúa sus actividades de periodismo, a través de su portal de noticias gobernanzanoticias.com.
Correo electrónico de la autora: gobernanzaweb@gmail.com
Actualmente radica en Cancún Quintana Roo.
Suicidio
Hay quien sin darse cuenta,
camina hacia el suicidio
como en muerte ajena.
Se vierte de rencores y recuerdos
odia sin vislumbrarse en otros
llora como si enmudecer sirviera.
Hay quien deambula
eternamente entre sus huesos
sin atreverse a ser la sombra
de lo que ha querido.
Se estaciona en las aceras
permanece inmóvil
hasta que labios y corazón se agotan.
A veces su cuerpo le recuerda:
estás solo
y sin darse cuenta
camina hacia el suicidio
como en muerte ajena.
Días de mar
Estos días infinitos de mar y profundos
en los que me pierdo angustiosamente
de acantilado en acantilado.
Esos malditos días
larguísimos de negaciones
mendigando un poco la ovación
para la diaria soledad
para el mendrugo a medio día.
Restablecimiento
Me recojo a pedazos
centenares de moléculas
escapan de mis ojos
Aliento desesperada tomo
para enviar los fragmentos
que tomarás e irás uniendo
hasta restablecerme.
Labor
Hilvano las orillas de mi cuerpo
centenares de fragmentos
son cáscara rugosa
impidiendo consolidar un todo.
Dolorosa labor
puntada tras puntada
recuerdo tras recuerdo.
Prolongación
Redes en un mar sin olas
he tendido mis brazos:
Voz perdida en laberintos
de silencios y espejismos
como una imagen negada a sí misma.
Escarbo en mis adentros
para encontrar el grito
que estalla al desgarrarse el alba
Recorro este angustioso camino
que me divide y convierte
en melancólico ser descarnado.
No puedo retornar
Imposible retornar el delirante suicidio
que prolonga eternidades.
Maldita
Mil veces maldita
por esta soledad insostenible
erigida ante ti
como muralla imperturbable.
Por este silencio
que me sostiene
cada día más viva.
Tristeza
Cuando la tristeza
nos perfora la piel
estamos sin estar
sin pertenecer a nadie ni a nada
Es entonces cuando escribo estos versos
que tampoco me sacan
de esta mísera ciudad
de este mísero recuerdo.
Grito
No escribo buscando permanencia
la palabra nace conmigo
trepida y crece
haciéndose brotar auroras
esperas y confianzas
Soy incongruencia
mil mujeres, una sola
fragmentos de oscuridad
amorfa masa
en busca de la resurrección.
Escribo para que manos
y pensamientos no estallen
ni claudique el ritmo de la vida.
Pero hoy no escribo…
Soy un grito.
Enseñanza I
Pretendieron convencerme
de lo inútil de mi nombre,
diminuta palabra
que se opaca, se esfuma
y se doblega en su presencia.
Quisieron arrancar los signos
cuando brotaban de mi lengua
como si los crucigramas de la razón
fueran delirios de una enfermedad
curable con olvido y reposo.
Pude someterme nunca al ritual humillante
donde fui sopesada y medida
por la extensión de mi silencio,
la firmeza de mi carne,
profundidad de mis entrañas.
Desde entonces
quiero dar un paso más allá:
donde se ahogue la palabra,
estalle el pensamiento.
Más allá de la soberbia, del egoísmo…
del miedo ante la muerte.
Asfixia
He tenido que huir
de ciudad en ciudad
de cuerpo en cuerpo
erigiendo en mis huesos
rincón apacible
donde descansa, emigra
y muere la prudencia
para no perderme en el insoportable
olor a muerto que vértebras emanan.
Desde entonces mi lengua entona himnos
lujuriosos y mezquinos,
transitorios alaridos que se estrellan
intempestivamente.
Una muralla se yergue entre nosotros
silencio insobornable nos invade
nos confunde, nos ahoga.
Deslumbramiento
Mujeres de infinito rostro
pasan sobre ti
Diversidad de gestos
en tus rincones se agazapan.
Vacío permaneces,
interminable,
ciego.
Adiós sin sol, sin vida
“hasta mañana eterno”
sin cavilaciones
o discusiones fastidiosas
Es cierto
Esa es la despedida que prefiero
Entre formas cilíndricas
cóncavas, convexas:
frente a ti
se ha posado un mundo efímero
Para continuar infinitamente ciego
has probado la miel en toda su amargura
mineral y corpórea será persecutora en tu recuerdo.
Debilidad
Por los cinco sentidos sangro:
por mis cinco debilidades
se introducen esos interfectos
sus risas y nostalgias
con vehemencia
odio y arrepentimiento
Sangro
desfallezco
…y permanezco sola.
Ausencia
Para: Andrea
Sin frutos, ni ramas,
deshijada, deshojada.
Escribiré hasta el incendio
gritaré hasta quedar muda
cuando en las noches
mis ruegos no te alcancen
ni mis lágrimas (diurnas).
Si tu sonrisa
no se dibuja en la mía.
De pie
sin razonar cómo
no han logrado desplomarme.
Escribiré hasta saberte día
reconocerte alba.
Al ritmo de la sangre
Si observaras mi corazón
agitado al ritmo de la sangre
embravecido en cada válvula
Te estremecería su frialdad
de látigos metales
ancestral en cada arteria
sin que nada permanezca inmóvil
Como vertida en ácido
no alcanzará palabra alguna
para nombrar la impasible huella
ni un corazón partido en dos
para forjarlo.
Unión
Unidos en esta soledad
como esta necia oscuridad
que nos apropia
En el deambular interno
de palabras lacerantes
de heridas inúndanos.
Desobediencia
Aborrezco los sumisos gestos
dolorosas excusas con que piden perdón
indigestiones del alma con que permiso solicitan
Es inútil
no encontrarás en mí
el anhelado “sí” para arrollarme
con el que me acosas cotidianamente
con el que me atropellas hasta caer exhausto
No estará en mí la dócil asistente
cumplidora ingenua de caprichos
Nunca seré obediente
aunque merezco incendiarme en el invierno.
Abandono
Plantada en doquier sitio
donde arrojó tu mano la semilla
impasible
frío
despiadado.
Quedé con dos frutos: doble
y redonda madera enrojecida.
Algunos se acercaron con discursos
otros con halagos
que humillan.
El silencio te hizo fuerte
con silencio pretendías doblegarme.
Vuelves herido
olfateas con palabras
lacerantes
ofensivas
preguntando el precio de mi alcoba
y el sabor de mis recuerdos.
Súplica
Con los mismos atavíos que la muerte usa en la muerte
bajo la noche en que desnuda permanezco
Dios habita mundos desde antes de saberlo
cobija y socorre
adelgaza mis olvidos
Desnúdame la piel y el corazón, Señor
con la alegría de tus manos
con la misma certeza
devasta tu silencio.
Ruega por nosotros
Dijeron: Hay que esperar
crucificada en mis dos brazos
mis dos hembras
Sembrada, retorciendo mi raíz
no me alimenté de fruto
secándome sin sol
sin alba.
Dijeron: Hay que ser pacientes
mientras acariciaban el rosario
y su amarga boca
repetía sin cesar
ruega por nosotros
ruega por nosotros
ruega por nosotros
Y rogué para vaciarme de amargura.
Matemáticas
Especulas las diferencias glaciares
que existen entre lo inerme y la materia
pies de plomo traspasan al volver el alba.
De mareas radioactivas inundada vivo
donde hoy es hoy
mañana, constante incertidumbre.
A veces crees imaginar
un puente insoslayable que entrelaza
mis punzantes palabras
con tus meditaciones profundas.
Busco mil y una coordenadas
para interpretar forzadas sonrisas
silencios de los purgatorios.
Sin embargo, en ese crucigrama
de fórmulas matemáticas y sueños inabarcables
permanecen dos cuerpos imperativamente desnudos
que se funden y penetran intempestivos.
Donde el deseo es deseo
y no una superficie de concentraciones numéricas.
Torpeza
Torpemente pretendo
saber tus pensamientos, lo que a solas
cuando ya no te miro va formándose
dentro, llenándote de dócil piedad,
rotundos, tercos sentimientos.
Y torpemente sufro…
Todo esta bien ahora
cuando imagino:
no es una suposición de probabilidades
cuando mis ojos te buscan
en lugares de los que has partido
queriendo encontrar las esquirlas
dejadas en tu andar
y en cada sufrimiento.
Atrás todo ha quedado
aunque los recuerdos
se abalancen sobre nosotros
irreconocible rostro diluyéndose a cada paso
en cada afirmación.
¡Cómo duele mirar la imagen descarnada!
Con repulsión reconocemos
andando y desandando intempestivamente.
Buscaba igual que tú alguna razón
para sobrevivir de mi epidermis
tropezando una y otra vez
erigiendo mi cuerpo con lentitud
y pesadumbre insoportables.
Desconozco lo que sucede a mí alrededor
sin embargo, puedo vislumbrar la claridad en tus ojos,
el infinito mar de tu boca llama una y otra vez,
cierro los ojos para no llagarme
ni perderme en la intensidad del cuerpo
apagándome
encendiéndome
estallando
ardiendo.
Lenguaje
Escribo bajo el ala del ángel más perverso
ausencia tormentosa
donde cada segundo reclama
y no escucho razón
argumento, conciencia y con ciencia
el trepidar sonoro de palabras.
Hacia el amor tus manos me conducen
en ellas mi cuerpo yace
se te ofrece
cuando un silencio insoportable nos invade.
No existe más lenguaje que
la respiración
el gemido de dos cuerpos
labios entreabiertos pretenden
ceder la razón a su tormento.
Cuando me dejo viajar sobre las olas
para asirme a tu dureza
en ti me pierdo.
Amanezco en ti
agitada
satisfecha
renacida
Lujuria
No esperes mi lengua encienda de lujuria,
cuando se detiene
reconoce
valles y volcanes de tu cuerpo.
Permanecer anclada
degustando
otra vez me eleva hasta la hoguera,
donde inmóvil permanezco
deletreando el infinito túnel que deleita,
donde interminablemente me recorres.